miércoles, 22 de febrero de 2012

Inversión tecnológica, rumbo a un futuro renovable

Las tecnologías de la energía renovable varían mucho a nivel tecnológico y económico, pero hay una diversidad de fuentes que ofrecen opciones cada vez más atractivas. Éstas incluyen la eólica, biomasa, solar fotovoltaica, solar térmica, geotérmica, energía del océano e hidroeléctrica. La característica que comparten es la mínima o nula producción de gases de efecto invernadero y que su “combustible” depende de elementos naturales virtualmente inagotables. Algunas de estas tecnologías ya son competitivas. Por ejemplo, la industria eólica ha mantenido su meteórico crecimiento a pesar de la recesión mundial y la crisis económica de 2008 y 2009, y es un ejemplo del atractivo inherente de la tecnología renovable.

Para que el crecimiento económico de las fuentes de energía renovable sea atractivo, es importante que todas las tecnologías entren en funcionamiento de forma equilibrada y en el momento oportuno. La puesta en funcionamiento depende del potencial técnico, de los costos actuales, del potencial para reducirlos y de un alto nivel de desarrollo técnico. Para que este escenario se haga realidad son de gran importancia las infraestructuras bioclimáticas, las superredes inteligentes para la generación de energía renovable y una mayor investigación y desarrollo de la tecnología de almacenamiento para la electricidad.

A partir de 2020 será vital para la revolución energética avanzada implantar con éxito las superredes o redes inteligentes (smart grids). Para poder construir la capacidad que necesitan los países en vías de desarrollo, como México, y detonar la revolución energética es necesaria una gran financiación pública, especialmente de los países industrializados. Es fundamental que en las negociaciones internacionales sobre cambio climático se acuerden mecanismos específicos de financiación como los GDR y las “Tarifas o Primas” para que el apoyo económico sirva para mitigar los efectos del cambio climático, dentro de este marco quedaría incluida la transferencia de tecnología.

Costos futuros

En un principio, el costo para implementar la energía renovable será superior al de utilizar los combustibles actuales. Bajo el escenario de referencia, por otro lado, una demanda de energía descontrolada, un incremento o incertidumbre en el precio de los combustibles fósiles y el costo de las emisiones de CO2 resultan en un aumento de los costos en el suministro de electricidad, pasando de los 37 mil millones de dólares anuales actuales a más de 167 mil millones para 2050. El escenario de revolución energética para México no sólo cumple con la reducción de emisiones de CO2 sino que ayuda a estabilizar los precios de la energía, aliviando la presión económica sobre la sociedad. Aumentar la eficiencia energética y cambiar al suministro con renovables nos llevará, a largo plazo, a costos en el suministro eléctrico un tercio menores que en el escenario de referencia. Debido al incremento en la demanda de electricidad, especialmente en los sectores de transporte e industria, los costos totales de la versión Avanzada son mil millones más altos en 2030. Pero para 2050, con vehículos eléctricos más eficientes serían 4 mil millones de dólares menos que en el escenario original de revolución Energética.


Inversiones de futuro

Para que el escenario de la revolución energética avanzada se haga realidad se requiere una inversión mundial de 18.2 billones (7) de dólares, alrededor de un 60 por ciento más que para el escenario referencia (11.8 billones de dólares). En la versión de referencia, las inversiones en energía renovable y combustibles fósiles son casi iguales, alrededor de 5 billones de dólares para cada una hasta 2030. Sin embargo, en el escenario avanzado, 80 por ciento de la inversión mundial va dirigido a las renovables; en 2030 la inversión del sector energético de combustibles fósiles se centraría principalmente en centrales de cogeneración y centrales eficientes de gas. La inversión media anual en el sector energético bajo el escenario de la revolución energética avanzada sería de unos 791 mil millones de dólares entre 2007 y 2030.


Inversión en nuevas centrales eléctricas

Hacia el 2050, la inversión requerida para construir nuevas centrales eléctricas estará entre 240 mil millones y 1 billón de dólares. El motivo para esta inversión en centrales nuevas se debe al aumento de la demanda y al envejecimiento de algunas centrales que deben ser pasadas a retiro. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) debe optar entre qué tecnologías escoger durante los próximos 5 a 10 años, según la política energética -sobre todo con un mercado cada vez más abierto a la generación privada-, y a las metas a alcanzar en materia de renovables y de reducción de CO2 . Así, para que el escenario de revolución energética sea una realidad en México se requeriría una inversión de 800 mil millones de dólares, aproximadamente 560 mil millones más que en el escenario de Referencia (240 mil millones). Esta diferencia relativamente grande se pagaría mediante el ahorro en el consumo de combustibles. El escenario avanzado necesitaría un billón de dólares. En el escenario de referencia, poco más del 50 por ciento de las inversiones -14 billones- van a combustibles fósiles y centrales nucleares. En cambio, en los de la revolución energética México redirige las inversiones hacia las renovables y la cogeneración. En el avanzado, este cambio se produce entre 5 a 10 años más temprano. Para ese entonces, la inversión en combustibles fósiles estaría enfocada en la cogeneración y en las centrales a gas con una alta eficiencia.

Si quieres checar el documento completo, aquí lo puedes descargar. Revolución energética. Una perspectiva de energía sustentable para México y el mundo.

 

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